Los aguadillanos somos un pueblo de profundo arraigo en nuestras
costumbres y tradiciones. Dudo que exista otro pueblo en Puerto Rico que haya tenido que enfrentarse a la influencia de costumbres extrañas en
la magnitud en que lo hemos hecho los moradores de "La Villa Del Ojo". Por ser una ciudad puertaria, nuestras playas eran periódicamente
inundadas por toda clase de visitantes e inmigrantes de todos los confines de la tierra, trayendo cada uno de ellos su propio acopio
de tradiciones que de alguna manera se manifestaban en las nuestras.
A mediados de la década de 1930, se inicia en Aguadilla la construcción de la
Base Borinquen (luego Ramey), surgiendo en todos los ámbitos de nuestras vidas, la más poderosa influencia social, cultural
y militar que pueblo alguno de la isla haya tenido que enfrentar. ¿"Chu chain, míster"? era el grito "evidenciario" del bilinguismo
patriótico de los limpiabotas aguadillanos.
He aquí algunas manifestaciones de esta lucha por la subsistencia de lo
nuestro...
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